No quiero dejar de soñar

Aunque cuando camine lo haga mirando el piso, aunque no tenga el semblante que quizas los fuertes muestran ni las palabras ni el modo en que las emplean sé que puedo cumplir mis objetivos.

Me basta creer, creer que nací con un proposito y que el universo complota para que así sea.


No importa todos aquellos que intenten amarrar mis alas, porque cortarlas no podrán jamás, verdaderamente no me interesa cuantos digan que no podré, que no soy capaz, que no lograré ser más que lo que soy, no me inspira la gente que critica todas mis decisiones pero jamás está para ayudarme a decidír o para mostrarme una opinión.


Solo necesito errar un par de veces, sentír la humillación, saber lo que es decepcionar y saber lo que es el perdón, creer tanto en mis ideas y ver errores cruciales en ellas, necesito fracasar no una vez para poder formar el caracter que necesitaré tener arraigado el día en que todo el trabajo traiga sus frutos, donde el exito llegue y se pueda palpar.


Pero no quiero cualquier exito, ni cualquier objetivo, no quiero apostar a cualquier proyecto, quiero algo solido, algo donde mi fé y mis espectativas esten a gusto.


Tengo muchos planes, muchos objetivos, muchas ideas, ahora debo darles y prioridad y escoger con la que voy a comenzar, pero antes que todo eso, necesito soñar,


soñar,

proyectar,

y concretar

Sin sueños no se disfruta igual, si no podemos cerrar los ojos y anhelar algo que sabemos que dificilmente estará a nuestro alcanze, entonces el sabor del triunfo no es el mismo, no dejemos que nadie detenga el ritmo con que late nuestra mente, nuestros cuerpos, nuestros corazones.

Elevemos nuestro espíritu e intentemos encausar la energía que fluye permitiendo el aprendizaje, este aprendizaje de ensayo y error.