Un día cualquiera

Y bebió a pequeños sorbos ese jugo de manzana, mientras una vieja fotografía en blanco y negro le miraba a la distancia. Cerró los parpados, omitió los ojos acusadores y solo percibió destellos de luz, gotitas de lluvia golpeando la ventana y un calor recorriendole el cuerpo.


Es hora de descansar
y se fue a dormir mientras la melancolía le arropaba el alma

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