Una muestra de aprecio

Su palabra vale, y si dijo si entonces eso hará.
Y aquí está la prueba...


Quien diría que despues de años de ser hermanos, conocidos, hoy te siento más cerca que cuando morabamos bajo las mismas siglas.
Siempre pensé que no me adaptaría pues eran todos grandes y yo no llegaba ni adolescente, bueno honestamente estaba en el límite. Eran todos y yo, tuve miedo pero fuí, luego me sentí y aún me siento agradecida de tanto amor, de tanta preocupación, de tanta esperanza que hallé, de tantos vacios que ustedes llenaron.
Nunca dialogamos mucho, solo unos saludos a lo lejos y a veces a lo cerca, el primo de uno de mis grandes amigos, un hermano eternamente jovial, con sonrisas para regalar, de esas que traspasan, que nutren, que alegran sin palabras.
Nose como pero te siento mucho más cerca que en cualquier otro tiempo, más cerca que en la infancia, y cualquier momento del ayer.
Mi querido hermano usted sabe que tiene carisma no permita que nadie jamás lo extinga, siga saboreando la vida del modo en que lo hace pues eso inspira.
No decaiga, no se rinda, vuelva a levantar los brazos sin importar los comentarios, sin importar las palabras que surgen de la ignorancia de aquellos que no esperan más que pan y circo de la vida. Siga buceando en ese extenso mar, ese que esconde grandes tesoros, grandes metas, grandes alegrías. No detenga el paso ante la burla de los que no saben hacer otra cosa, de los que solo lanzan odio por la boca, no se detenga al caminar pero no los juzgue, ni los aparte, solo tenga presente que no saben dar más.
Si hay algo en que debe trabajar es con aquel pequeño, ese que usted sabe que puede formar, ese que aún está a tiempo de ser corregido, de ser moldeado y preparado para servir en lo que engrandece el espíritu.

Impregnese del aroma del omnipotente, siga caminando a paso firme, y tenga siempre presente (por muy cliche que suene) que él jamás nos da cargas que no podamos soportar.

Animo, valor, paciencia, la vida es ensayo y error, sigamos aprendiendo lo esencial, llenando nuestro tanque espiritual.


Gracias por la alegría que me traspasa cada vez que coincidimos, por esa sonrisa sincera, por ese abrazo calido, por las palabras de aliento, tengo muy claro las personas que me estiman pese a todo, las que no me miraron con lastima sino con preocupación.


Para mi querido hermano V. G.

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