08-07-08

Un café poético, un café que jamás fue café, en ¿condell, latorre? Bueno por ahí, por ahí se encontraba el hombre por el cual había luchado un par años, al cual le había dedicado unas cuantas horas al día, durante 28 meses aproximadamente, horas donde sin jamás tenerlo en presencia, le tenía en recuerdos, en fotos, en palabras, en silencios, en arte, en una vida imaginaria...
Al cruzar esa fachada que solo me inspiraba desconfianza, logré ver nada, absolutamente nada, la densa oscuridad casi me provoca una soberbia caída y yo tan solo buscaba aquella mesa que portara los ojos que tanto amaba, y el cuerpo de un gran amigo de colegio.
De pronto lo divisé, ahí estaba un tanto nervioso pues en momentos más era su turno de declamar, con unas hojas en mano y de paso el corazón, miraba concentrado el lugar, su cabeza gira lentamente como en las películas hasta que me vé, se sorprende, se esconde.
La oscuridad no me impidió ver sus ojos que aún me miraban con amor, sin siquiera él notarlo. Mi amiga y yo nos sentamos en su mesa, estaba un poco tenso el ambiente la conversación no fluía, luego de unos cuantos minutos todo fue decantando.
Nos creímos dos poderosos empresarios de los que pueden hacer lo que les venga en gana sin que nadie les diga nada. Yo jugué al rol de: no me importas, vengo por poesía… y tu jugaste al rol de me importas pero intentaré que no lo notes. Pedazos de idiotas nos deshacíamos por dentro, creo que no hay algo que me hiciera sentir tan bien como tus futuras confesiones de amor que ya existían en ese momento en el cual yo era completamente indiferente y tu bobamente ajeno.
Todo fue perfecto incluso su forma enajenada de ser, incluso mi dureza al hablar, la indiferencia al actuar. Sólida!!!!!!!! (me dijo mi buena amiga) y yo por dentro cuestionando lo idiota, lo imbécil que fui y lo altamente racional y digno de mi actuar.
Durante toda el café intenté provocarte y no mirarte, disfrute de la música, el tipo de los armónicos mejor hechos y agudos sin falsetes. Yo miraba hacia delante, tu mirabas mi perfil a media luz, por lo poco que alumbraba esa pequeña vela.
Tu me amabas y yo a ti hasta que el consolidar algo te hace ver toda la realidad y lo dispuesta que hay que estar para superar, luchar y no abandonar el barco.

Todo salió bien, pero como siempre no resistí y abandoné el timón, te abandoné con tus sueños y tus deseos, con tu amor contenido en pequeñas maletas separadas en el corazón y en la mente, te dejé y vi tu rostro decaer, llenarse de bruma, acompañé tu tristeza esa que yo provoqué, esa en la cual fui autora, nunca hubo maldad, no existieron deseos de destruir, solo cosas que ocurren el vivir. Si hoy puedo mirar hacia el pasado en un racconto, sé que no existió tal dolor, sé que nunca fue tan extremo, un poco de actuación y exageración pero completamente entendible. Estas en orden, estas bien, estas feliz y eso llena mi interior, me hace creer que en un largo o en tu caso corto tiempo se puede reconstruir la vida, el corazón puede llenarse de vida sin mayor dificultad que la que uno mismo le interpone.

Eres feliz y yo lo soy
Sola indagando en mi mundo perfectamente imperfecto,
Buscando razones, conocimientos, y aprendizaje,

Pues también he querido, también he sentido esos deseos de alguien en especial, esa necesidad de sus ojos, brazos, manos, labios, de su ser por completo y hoy en la actualidad me hallo en un proceso de descubrir mis anhelos más profundos y de conocerme a cabalidad. Soy feliz porque lo he decidido, mi felicidad no se agota por la pena, por la tristeza, por la nostalgia de un viejo amigo y de un reciente amor, mi felicidad la construyo así como la construyes tu, como me enseñaste tu.

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