En alguna época

Hoy le ví, subía unos cuantos peldaños que dan a la biblioteca de la universidad, caminaba como siempre distraída, música en mis oídos y aburrimiento en mi ser.
Nada planeado solo coincidencias, extrañas coincidencias que no me molestan en lo absoluto y es que no puedo negarte que desde que comenzó el año había esperado ese momento, en el cual lo tendría frente a frente.
Improvisé un par de palabras, jugué con sus manos y sus objetos, unas miradas coquetas e interesantes y volví a ver el brillo de antaño en sus almendrados ojos miel.
Hoy es un hombre y presiento que yo aún sigo siendo una niña, una mimada y regalona niñita, de esas que sueña e imagina abrazos fuertes que lleguen a vaciar el aire en mis pulmones, besos locos y espontáneos, llenos de dulzura que no endulzan el alma sino que dejan un buen sabor en ella.
Pero aunque sueñe e idealice en algún momento he de despertar y por más que me empeñe, hoy el ya no es quien necesito, nuestros labios siempre se reconocerán pues lo que nos unió en el ayer aún habita en él y en mi.
Dudo una y otra vez que mi primer amor aún habite en ese mismo cuerpo crecido y desarrollado y aunque habitara aún eso ya no tiene relevancia pues el tiene una vida y yo otra que no se volverán a cruzar más.

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