Desquiciada realidad
Odio ésta aceleración cardiaca que se me viene de golpe cuando suena el citófono porque dentro de mí aún existe la pequeña Aurora, la inocente, esa que cree que vendras a buscar mi alma en el papel, esa que tiene un manojo de poesía con tu nombre.
¡Ya basta! -le grita Camila-, deten está incesante y desgastante esperanza cimentada en el ayer.
Sosten tus brazos equilibra tus piernas y corre lejos, tan lejos que no puedas ver el sol.
¡Aurora! defiéndete, deja de vivir en pos de ideales tan quiméricos como ser su voz, ¡despierta ilusa!, desmonta la ilusión, ponte la bufanda, cierra bien tus botas y parte en busca de lo que es real.
¿Quieres intentarlo? pues ve, camina de prisa practica unas sonrisas y lanzate a sus pies, veras cuan ingenua has sido siempre, no esperes que responda con un: siempre te esperé.
¿Pero entonces que hago si yo deseo verle a él?, ya está dicho, abrigate, asegura tus botas y ve a intentarlo otra vez.
¿Entonces porque me haces sentír tan estupida cada vez que te pregunto que hacer?
Aurorita, tu ya sabes lo que pienso, tu conoces la verdad, pero por alguna extraña razón que me huele a progreso, creo en la tamaña estupidez de aferrarte a él, porque puedo certificar que las cosas SI pueden cambiar, solo te hago ver cuanto sacrificarás por él.
y... ¿Estás dispuesta?
se oye una bufanda, unas botas de cotelé, pasos que se achican a lo lejos.
Mi pequeña Aurora quizás sólo así puedas crecer, necesitas arriesgar aunque quiero no te detendré, lucha y sufre tus desgracias para que puedas renacer.
¡Ya basta! -le grita Camila-, deten está incesante y desgastante esperanza cimentada en el ayer.
Sosten tus brazos equilibra tus piernas y corre lejos, tan lejos que no puedas ver el sol.
¡Aurora! defiéndete, deja de vivir en pos de ideales tan quiméricos como ser su voz, ¡despierta ilusa!, desmonta la ilusión, ponte la bufanda, cierra bien tus botas y parte en busca de lo que es real.
¿Quieres intentarlo? pues ve, camina de prisa practica unas sonrisas y lanzate a sus pies, veras cuan ingenua has sido siempre, no esperes que responda con un: siempre te esperé.
¿Pero entonces que hago si yo deseo verle a él?, ya está dicho, abrigate, asegura tus botas y ve a intentarlo otra vez.
¿Entonces porque me haces sentír tan estupida cada vez que te pregunto que hacer?
Aurorita, tu ya sabes lo que pienso, tu conoces la verdad, pero por alguna extraña razón que me huele a progreso, creo en la tamaña estupidez de aferrarte a él, porque puedo certificar que las cosas SI pueden cambiar, solo te hago ver cuanto sacrificarás por él.
y... ¿Estás dispuesta?
se oye una bufanda, unas botas de cotelé, pasos que se achican a lo lejos.
Mi pequeña Aurora quizás sólo así puedas crecer, necesitas arriesgar aunque quiero no te detendré, lucha y sufre tus desgracias para que puedas renacer.
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