Impossible is nothing; VIVE!

No todo lo que parece que va a morir muere, ni todo lo que dibuja larga vida la tiene.
Los cambios son frecuentes, impacientes y bastante importantes en la vida de cada ser humano ¿verdad?, bueno por mi parte si.
Hay tanto de que asombrarse cada día, por ejemplo un minúsculo sonido en el silencio puede quebrar nuestra inercia. Y así hay también mayúsculos detalles que hacen de la normalidad del cielo, de la cara sin expresión, del día sin color una ¡tremenda! metamorfosis.
Porque no creo que para nadie un te amo sea minúsculo, sobretodo cuando se dice con el corazón y se planta en el alma fresca, limpia y fértil para cosechar tanto amor.
Y los cambios en la vida no cesan (nisiquiera cuando uno lo decide con firmeza), todo va de negro a rojo, de rojo a lila, de lila a amarillo, de amarillo a cafe, de cafe a azul, de azul a naranja, de naranja a blanco, de blanco a rosado, de rosado a gris y cuando parece que todo nuestro día acaba, cuando parece que las 24 horas fueron monótonas y casi absurdas, el día se torna ¡VERDE!, sí, verde; verde oliva, verde limón, verde claro, verde oscuro, verde musgo.
Ay la vida, ay los cambios, ay el amor, ay la distancia, ay los años, ay la mente, ay el corazón, para todo hay un ay (con suspiros de fondo).
La fotografía que se puede ver al inico del texto es la prueba viviente de como todo cambia, de como todo persevera, de como lo que parece llegar a su fin florece y con más vitalidad que nunca.
Aquella señorita de verde, sufrió y mucho, pintada de blanco invierno, con la gravedad sobre sus ramas, con el peso de la vida y el aire denso cuando se está por espirar el último aliento. Bueno ella decidió vivir, no sé como, si sé cuando, floreció, creció, renació desde su lecho de muerte.
Como la más bella planta brilló en su simpleza, nada extraordinaria tiene en su herencia mas eso no opacaba ni opacará su belleza natural y sencilla, su belleza que me da fuerzas y lecciones.
Aunque todo parezca acabar, aunque el mundo diga fue, aunque incluso yo misma lo crea, siempre puede suceder lo imposible, siempre puede ocurrir un milagro, porque sólo tú tienes la última palabra.
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