Reflexiones acerca de una traición

Solo necesitas la luz cuando se está consumiendo, solo extrañas el sol cuando empieza a nevar, solo sabes que la quieres cuando la dejas ir...

Eso fue lo que dijiste, luego no.
Que era un tesoro, TÚ tesoro, luego no.
Que la vida allá no tenía sentido sin mi, luego no.
Que abrazabas mi almohada para sentir mi olor, luego no.

Luego solo viene la traición,
aquella que retuerce mis entrañas
aquella que nunca había vivido.

Nunca pensé tener una intuición tan desarrollada, 
jamás imagine saberlo todo sin tener una minima prueba,
el tiempo lo confirmo todo, el tiempo siempre saca a la luz la verdad.

La basura no se puede esconder mucho tiempo, 
porque se acumula y crece y se pudre y su hedor se puede oler
hasta la decima primera región de Chile.

Es cierto, la basura humana, 
la porquería de ser que habita dentro de algunas personas
apesta tanto que hay que limpiar.

Una, dos o tres duchas quizás te hagan falta.
Una, dos o tres caídas quizás necesitas para llegar a ser una buena persona.
Una, dos o tres traiciones para matar tu orgullo, tu soberbia y tu egoismo.

La traición después de un amor tan bonito nadie la espera.
La traición no es un buen final para dos personas que tenían planeado hasta los nombres de los futuros hijos.
La traición no es la forma de dejar de amar,
ni será nunca una buena vuelta de manos cuando el mundo te da la espalda y esa persona sigue de pie dispuesta a tomarte y no soltarte jamás.
La traición solo es una herida sangrante que dejas en otros.

Pd: Gracias por enseñarme a no creer en las palabras, mucho menos en las cartas de amor.






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