Carta 2
Muy buen día para usted mi estimada, recuerda aquel momento en que estaba a punto de entrar a la operación y usted toma mi mano, fuerte, fuerte. No nos engañemos, usted sabe perfectamente que estaba más nerviosa que yo, temía mi muerte, pues por muy sencilla que sea una operación los riesgos disminuyen pero no desaparecen.
Usted se contenía y yo sonreía así =). Pocas veces la vi tan preocupada por mi, y no es que por mi no se preocupara nunca, sino que usted tiene 3 hijas más y a la mayor apenas se hace independiente, se le resta importancia y a la edad que tenga si ya puede valerse por si misma se le entregan de inmediato responsabilidades.
Usted me enseña tanto a diario, tanto de cómo ser y de cómo no ser, mi guía, mi motor, usted es la mujer más fuerte que conozco y téngase en cuenta que no conozco pocas, mi mundo artístico me a abierto amplios horizontes, donde he conocido todo tipos de carácter y de personas mas sigo creyendo que usted es la mujer más fuerte que conozco, un roble como diría.
Me cuesta bastante escribir, no porque no nazcan palabras sino todo lo contrario son tantas que debo encausarlas y dar el orden es una de las cosas más difíciles y si contamos que tengo una parálisis facial leve, pero parálisis al fin y al cabo entenderá que me es sumamente difícil escribir mientras un ojo me llora a cada minuto.
Pero continuaré relatándole el momento en que fui operada.
Al salir de la operación, vomité supongo que debo haber estado mareada, o quizás descompensada de una no menos importante operación. Gracias a usted y a su insistencia mis mando y axilas dejaron de sudar exageradamente y mi manera de plantearme al mundo es un poco más audaz.
Le debo muchas cosas, usted empuja tantas decisiones, es increíble el poder y la autoridad que posee por sobre mi padre.
Admiro su valentía, su audacia, su insistencia, su terquedad.
Yo la admiro, la amo y la sufro cada tormentoso día.
Y aquí la dejo porque iré a desayunar.
Usted se contenía y yo sonreía así =). Pocas veces la vi tan preocupada por mi, y no es que por mi no se preocupara nunca, sino que usted tiene 3 hijas más y a la mayor apenas se hace independiente, se le resta importancia y a la edad que tenga si ya puede valerse por si misma se le entregan de inmediato responsabilidades.
Usted me enseña tanto a diario, tanto de cómo ser y de cómo no ser, mi guía, mi motor, usted es la mujer más fuerte que conozco y téngase en cuenta que no conozco pocas, mi mundo artístico me a abierto amplios horizontes, donde he conocido todo tipos de carácter y de personas mas sigo creyendo que usted es la mujer más fuerte que conozco, un roble como diría.
Me cuesta bastante escribir, no porque no nazcan palabras sino todo lo contrario son tantas que debo encausarlas y dar el orden es una de las cosas más difíciles y si contamos que tengo una parálisis facial leve, pero parálisis al fin y al cabo entenderá que me es sumamente difícil escribir mientras un ojo me llora a cada minuto.
Pero continuaré relatándole el momento en que fui operada.
Al salir de la operación, vomité supongo que debo haber estado mareada, o quizás descompensada de una no menos importante operación. Gracias a usted y a su insistencia mis mando y axilas dejaron de sudar exageradamente y mi manera de plantearme al mundo es un poco más audaz.
Le debo muchas cosas, usted empuja tantas decisiones, es increíble el poder y la autoridad que posee por sobre mi padre.
Admiro su valentía, su audacia, su insistencia, su terquedad.
Yo la admiro, la amo y la sufro cada tormentoso día.
Y aquí la dejo porque iré a desayunar.
Comentarios
Publicar un comentario
... Somos esclavo de lo que decimos y dueños de lo callamos ...